martes, 18 de enero de 2011

La facultad imaginativa (1948)


   Nos encontramos ante un nido, donde una vela intenta cumplir la función maternofiliar de incubar los huevos presentes en el nido, de manera que los polluelos (en el supuesto de que sean estos) que se encuentran dentro de los huevos creerán a ciencia cierta de que es su madre quien les proporcionar el calor que tanto necesitan.
Esto me conduce a afirmar que no importa, en este caso, de quien proporcione el calor; lo que realmente posee relevancia es la percepción sensatoria del mismo, con lo cual aunque polluelos no conozcan verdaderamente el origen del mismo, se mantendrá en la indubitabilidad de su percepción inmanente y afirmaran una y otra vez, si pudiese, que fuera del caparazón se encuentra su progenitora proporcionándoles el calor que tanto necesitan.
En otras palabras, aunque lo ideado ( el calor) dentro de nuestra idea ( el calor de la madre) no se corresponda con lo dado, posee toda la legitimidad del mundo para ser real, pues lo ideado (la madre) pose formalmente  todo lo necesario para corresponderse con la idea ( el calor de la madre), del mismo que esta posee también toda legitimidad objetiva, es decir la idea posee formalmente todo lo necesario para darse objetivamente en el mundo ( la madre que incuba los huevos).

1 comentario:

  1. Me parece que se trata de su madre suicida,pues el calor se agota inevitablemente y en eso posiblemente lastime a los huevos.

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